
De ninguna manera. No hay o no debe haber apolíticos. Polis significa ciudad; político, en general, es el que se encarga de los asuntos de la ciudad, pero en mi opinión, no sólo de gobernar y gestionar, sino de preocuparse por la marcha y la evolución de todo lo que concierne a la polis.
Todos deberíamos ser políticos para opinar, sugerir, intervenir, reclamar… y sobre todo votar. Porque lo que pase en la polis nos concierne. No valen los votos en blanco, que favorecen, aunque no queramos, al partido más votado; no vale no acudir a las urnas (en algunos países es obligatorio, so pena de multas). Hay que escuchar a los líderes políticos en vivo, en sus mítines, máxime si hay coloquio y los escuchantes pueden intervenir. No nos conformemos con lo que se dice en televisión, información a veces sacada de contexto y en función de la cadena elegida (me refiero a las elecciones nacionales).
La víspera de las elecciones es jornada de reflexión, sí, pero es insuficiente; la reflexión hay que practicarla día a día y, en especial, todos los días de mayo. Hagamos un esfuerzo, que es cada cuatro años… Me refiero a las municipales, las de los ayuntamientos, grandes o pequeños, defendidos por líderes que conocemos bien, con los que hablamos casi a diario y a los que vemos actuar, bien, mal o mediamente, en nuestro entorno, en nuestro barrio.
Por eso conviene oírlos a todos, que no nos lo cuenten. Y tengamos en cuenta que todos hablan muy bien, que quieren lo mejor para el ciudadano… Y lo más importante, y con esto termino: no nos fiemos de aquellos partidos que critican a los demás (en publicidad está prohibido; se puede decir que un producto es el mejor, pero no que es mejor que otro en concreto). Que defiendan su programa, no que critiquen sistemáticamente los programas de los demás. A votar, pues (dentro de varias semanas, claro).
Manuel Palazón