Caos y mala atención a los ciudadanos citados para vacunarse en Benidorm en la Torreta

  • Quejas por tener que permanecer a la intemperie, con frío, sin haber recibido las vacunas en el centro.
  • Ciudadanos citados incluso desde antes de las 8.00h y que una hora más tarde permanecían en la calle

No parece una buena motivación para que los ciudadanos se vacunen, citarles a las 8.00 de la mañana para tenerles en la calle con 5 grados de temperatura y esperando porque no reciben las vacunas, tal y como nos traslada en esta mañana de viernes 7 de enero, un vecino desde la interminable cola en el centro de salud la Torreta en Benidorm.

Tras dos años y seis olas de pandemia, nuestros gestores y políticos responsables del funcionamiento de la administración y las instituciones han sido incapaces de solucionar los problemas que padecen los ciudadanos y que como en esta ocasión nos trasladan a los medios de comunicación, entre la indignación y el estupor.

Demasiados ejemplos de incompetencia

Continúan los atascos de la atención primaria en gran medida por la falta de atención telefónica, lo que obliga a los ciudadanos a acudir a estos desbordados centros en busca de información al dar positivo en los test o por la necesidad de otros trámites de tipo más administrativo como la tramitación de la baja laboral.

Continúan los bloqueos en el SEPE y los errores en los ERTES, y tras dos años han sido incapaces de gestionar correctamente este flujo de gestión laboral, por el que incluso en estas navidades miles de trabajadores en esta terrible situación social se han quedado sin percibir ningún tipo de ingreso, teniendo que recurrir a la especulación bancaria, los préstamos de amigos y familiares y en muchas ocasiones a la caridad.

Y como colofón a esta desastrosa gestión política y administrativa, todavía tras dos años continuamos sin una ley de pandemias o cualquier regulación legislativa posible, que no provoque que cada comunidad autónoma dicte unas normas propias, con cambios permanentes de decisiones que provocan el caos a los ciudadanos y la ruina económica a las empresas.

Desde luego que nuestro país es un ejemplo en el mundo por los altos niveles de vacunación alcanzados en la población, pero que quede claro que esto ha sido posible por la responsabilidad de la ciudadanía, y no por sus dirigentes.