Cada vez quedan menos opciones para intentar frenar la sentencia judicial en firme que obligaría al derrumbe de las dos torres denominadas Gemelos 28.
De llevarse a cabo la demolición los costes económicos y medio ambientales serían descomunales una vez que tras la construcción de las dos torres muchos apartamentos se han vendido y habría además que indemnizar a los nuevos propietarios.
No se habría llegado a esta situación si las correspondientes administraciones hubieran obrado como procedía con la expropiación de los terrenos por parte de costas y la paralización de unas obras que todo el mundo sabía que no se podían realizar